CONTEXTO

El 2022 marcó el retorno a las clases presenciales, tras dos años de sesiones virtuales obligadas debido a la pandemia. La vuelta a las aulas demoró más que en otros países de la región y fue paulatina. Se ha registrado una pérdida de aprendizajes que el Banco Mundial estima como un retroceso equivalente a 10 años. Este ha afectado de manera desproporcionada a los grupos más vulnerables, especialmente a las y los estudiantes de zonas rurales, que constituyen el 25 % de la población matriculada. El déficit de infraestructura educativa se calcula en S/ 152 000 millones, según el Ministerio de Educación (Minedu). A esto hay que agregarle el problema de la deserción escolar: las cifras oficiales registran que 670 000 niñas, niños y adolescentes no se han matriculado, probablemente porque han ingresado al trabajo infantil. Según datos del INEI, 35 % de las niñas, los niños y las y los adolescentes peruanos se encuentran en situación de pobreza.

RESPUESTA DE ONU PERÚ

 

Educación

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