El año 2022 ha marcado el inicio de la implementación de un nuevo Marco de Cooperación en el Perú, según lo acordado con el Gobierno. El comienzo de esta nueva etapa supone un reto importante: el Marco de Cooperación es el primero en el país que refleja el espíritu y los grandes lineamientos de la reforma ONU que está en marcha bajo el liderazgo de nuestro secretario general. Para su implementación, hemos contado con el valioso apoyo de las instancias globales y regionales de las Naciones Unidas.

Nuestro trabajo se ha desarrollado en un contexto de múltiples crisis, tanto nacionales como globales. El año empezó aún en situación de pandemia, pero pronto debió también considerarse el impacto de la guerra en Ucrania en asuntos nacionales de seguridad alimentaria, energía y costo de vida, entre otros. Como suele suceder, todos estos impactos repercutieron en las condiciones de vida de los grupos más vulnerables.

También, durante 2022, se debió abordar un significativo desastre de carácter ambiental: un derrame de petróleo ocurrido en enero en la costa peruana, que –debido a sus proporciones– fue catalogado por la Cancillería como “el peor desastre ecológico ocurrido en Lima en los últimos tiempos”. Asimismo, continuó –e incluso se agudizó– el contexto de inestabilidad y conflictividad política de los últimos años, con un impacto en las políticas y la gestión pública. Hacia el final del año, ocurrió un estallido social de protestas y movilizaciones que, a inicios de 2023, todavía seguía sin resolverse.

El Sistema de Naciones Unidas en el Perú fue llamado para contribuir a atender las necesidades urgentes generadas por estos importantes retos. Y, una vez más, puedo afirmar que estuvimos donde y cuando se nos necesitó. Facilitamos la llegada de una misión de expertos y condujimos estudios sobre el derrame, establecimos un grupo interagencial para responder a requerimientos del Gobierno sobre crisis alimentaria y apoyamos a los organismos electorales a conducir exitosamente las elecciones subnacionales de octubre, entre muchas otras acciones. Siempre con el claro principio de no dejar a nadie atrás.

Nuestra labor en el país ha sido y seguirá siendo compleja: estamos comprometidos con la tarea de atender las necesidades emergentes relacionadas con múltiples crisis y asegurar el correcto logro de los resultados previstos en el Marco de Cooperación para contribuir al desarrollo sostenible del país. Y cumplimos esta labor siempre monitoreando y ajustando nuestros planes y programas para que estén a la medida de un contexto nacional cambiante. Mis colegas de las 22 agencias, fondos y programas de la ONU y yo seguimos muy de cerca estos retos. Y no escatimamos esfuerzos para reforzar y desplegar nuestras capacidades con el fin de contribuir a la paz y el desarrollo del Perú.