La misión recorrió cerca de 10 municipios y localidades en ambos países. En cada comunidad, la coordinadora residente de la ONU en Bolivia, Susana Sottoli, y el coordinador residente de ONU en Paraguay, Mario Samaja, se reunieron con autoridades locales, mujeres, hombres, niñas y niños para evaluar cómo contribuir mejor con el desarrollo de la zona buscando sinergias, estrategias para ampliar resultados y de mirar los programas más allá de las fronteras.

Participaron en la misión los Equipos de País de Bolivia y Paraguay junto con representantes de la cooperación internacional. Ambos Equipos de País se comunicaron en forma virtual con el entonces coordinador residente de la ONU en Argentina y actual director regional de la Oficina de Coordinación para el Desarrollo para América Latina y el Caribe, Roberto Valent.

La misión fue una oportunidad única para conversar con representantes indígenas quienes compartieron sus aspiraciones y preocupaciones sobre el futuro, demostraron una gran capacidad de adaptación y un gran espíritu de colaboración para buscar soluciones de manera conjunta.

Misión Gran Chaco
© ONU Bolivia/Morelia Eróstegui

Primera estación: Bolivia

En Bolivia, la misión visitó los municipios de Machareti, Ñancaroinza, Camiri y Charagua.  Una de las primeras voces que acompañó la misión fue la de la señora Clara Pérez, autoridad indígena de Machareti en el lado boliviano. El acceso vial a este municipio se realiza a través de caminos de tierra arenosa y arcillosa que hacen aún más difícil el acceso en temporada de lluvia.

Para Clara, que ha sido líder de su comunidad los últimos dos años, uno de los principales desafíos es fortalecer la producción debido a que a pesar de que cuentan con terrenos, las mismas condiciones del Chaco sumadas a los impactos del cambio climático hacen aún más difícil la siembra y la cosecha. La falta de recursos económicos hace que muchas mujeres y hombres salgan de sus comunidades a trabajar las tierras de otros por jornadas y pagos mínimos.

“La verdad es que hace dos años que no llueve, el año pasado no llovió.  Entonces ¿de qué sirve sembrar si la producción fracasa?. Uno, por la sequía y luego, por la helada. Todo quedó en nada. La gente que sembró, casi nada sacó. Algunos cosecharon alguito, pero no alcanza para todo el año”dice Clara, haciendo alusión a las dificultades que ahora enfrentan con el cambio climático.

Esta y otras preocupaciones fueron compartidas con la misión de la ONU. Susana Sottoli, coordinadora residente de las Naciones Unidas en Bolivia, se refirió al fortalecimiento de las comunidades locales: “Al visitar la comunidad de Clara y otras regiones del Chaco, pudimos conocer de la voz de los propios actores de esta zona sus necesidades y aspiraciones de desarrollo. Todo ello nos permite trabajar horizontalmente con ellas y ellos como socios para convocar a más actores y movilizar recursos de acuerdo a prioridades concretas”.

Niños
© ONU/Machaín

 

Segunda estación: Paraguay

En el lado paraguayo, la misión de la ONU visitó las localidades de Filadelfia y Macharety (una comunidad guarani hermana de la localidad con el mismo nombre en Bolivia). Allí, los líderes de la comunidad hablaron sobre los vínculos que aún mantienen con sus parientes bolivianos y lo que habían logrado tras veinte años de organización: asegurar sus tierras, organizar la comunidad y mejorar sus sistemas de producción.

“La unidad es muy importante para el desarrollo de la comunidad”, explicó Cartor Miguel Saavedra, vicelider de la comunidad y pequeño productor silvopastoril“Cada familia tiene su propio terreno y trabajamos en forma comunitaria. El desarrollo se acerca cada vez más y nos aprieta, pero mantenemos la visión de mantenernos unidos y cuidar de los bosques que son muy importantes para nosotros. La comunidad está rodeada de grandes estancias y la relación con los vecinos es de mutuo respeto”dijo el dirigente indígena. 

Esta es casi una constante entre los diversos grupos que habitan el Chaco paraguayo, donde la solidaridad y la cooperación son esenciales en condiciones muy duras caracterizadas por largas sequías e inundaciones repentinas, que contaminan los reservorios de agua y vuelven intransitables los caminos, dificultando su acceso.

En esta etapa de la misión se realizaron diálogos con representantes de las comunidades indígenas, representantes de las cooperativas menonitas establecidas en la región desde inicios del siglo XX, representantes de organizaciones civiles y comunitarias, comunicadores indígenas y autoridades locales, quienes hablaron sobre sus aspiraciones y preocupación sobre el futuro de la región.  “Hacer esta consulta era esencial para localizar los Objetivos de Desarrollo Sostenible con la misma comunidad, que ha encontrado la forma de resolver muchas de sus dificultades en forma consensuada y trabajando en conjunto”, dijo Mario Samaja, coordinador residente de la ONU en Paraguay.

 

Equipos de la ONU de tres países

Esta misión de los Equipos de País de la ONU de tres países demuestra que se puede desarrollar un trabajo conjunto a través de las fronteras.

“La presencia de las Naciones Unidas en el Gran Chaco Americano es fundamental. Hay que trabajar de manera coordinada, efectiva y coherente como sistema tomando en cuenta que existen realidades en las cuales el enfoque debe ser transnacional para impulsar el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en sitios donde el contexto es realmente adverso”.

Roberto Valent, Director regional de la Oficina de Coordinación para el Desarrollo para América Latina y el Caribe

Enlaces

1 / 3